Territorio Naso
Los Teribes, Naso o Tjerdi son un grupo indígena localizado al noroeste de la República de Panamá, específicamente al oeste de la provincia de Bocas del Toro, en un área de 1.300 km², este territorio abarca gran parte de la cuenca del río Teribe y del río San San. Existen alrededor de 3.500 habitantes.
El pueblo Naso o Teribe, es regido por un Rey, desde tiempos inmemorables. Según la tradición, sólo los varones podían acceder al trono y el cargo era vitalicio. Cuando moría el Rey, el título recaía en el hermano que le seguía en edad. Y cuando este fallecía, la sucesión regresaba al hijo mayor del Rey anterior, que hasta entonces ostentaba el título de Príncipe. Si la dinastía se extinguía por completo, se deberían reunir los varones casados de la tribu, para elegir un nuevo Rey, dentro de otra familia poderosa del pueblo.
Actualmente el gobierno está bajo una mezcla de monarquía constitucional y hereditaria. El Rey es elegido ahora por el pueblo en una votación, pueden postularse hombres y mujeres (como el caso de la reina Rufina), pero deben pertenecer a la familia Santana, la dinastía gobernante, del cual se inició en la primera mitad del siglo XX. El rey puede ser destituido en el Consejo General del Pueblo, con un quórum de 900 personas, y bajo los cargos de homicidio, traición y otros delitos señalados en las leyes tradicionales.
El Palacio Real se encuentra en Sieyik, capital de la región, y en ella se encuentra aparte del Rey, el Consejo General que lo asiste y que también es elegido de manera democrática. El Rey no tiene funciones de mando ni de administración de justicia, en la práctica es un dirigente comunitario y representante ceremonial de la etnia.
Poseen una rica artesanía. Las mujeres son espléndidas ejecutoras de un arte milenario. Ciertos diminutos abalorios, conocidos como chaquiras, son atravesados por hilos de nylon para fabricar collares, pendientes, anillos y otros adornos. Estos abalorios sirven de complemento a vestidos de brillantes colores cruzados por cintas adornadas con motivos geométricos.
Su artesanía es diversa y elaborada con materias naturales, entre las que destacan el tallado en jícaras y piedra que muestran animales y otros elementos propios de su entorno natural y cultural; también elaboran canastas, hamacas y utensilios caseros en madera.
Territorio BriBri
En la provincia de Bocas del Toro, existe otro grupo de indígenas, los BriBri. Ellos habitan en las montañas situadas entre Panamá y Costa Rica y desde hace aproximadamente 30 años luchan para que el área que habitan sea declarada tierra colectiva.
A los BriBri se les encuentra en lugares como El Guabo, Daclé, La Golondrina, Soroy, Bris, Nomuwoki, Agua de Salud, Alto Uren y Suko. Estas comunidades comprenden 28 mil 204 hectáreas.
Su aspiración es evitar que otras etnias los desplacen, pues son apenas 300 distribuidos en ocho asentamientos.
Los Bribri habitan las orillas de los ríos Yorkin y Sixaola, en el extremo noroeste del país. Viven en clanes familiares determinados por el linaje matriarcal y se alimentan de la pesca, la caza y las actividades agrícolas. Su forma de vida y su entorno los ha mantenido aislados de la civilización, por lo tanto, conservan intacta su cultura y visión del cosmos. Su lenguaje pertenece a la familia Chibchan y tienen sus creencias espirituales, basadas en su dios, Sibu.
Viven en pequeñas comunidades de casas unifamiliares, a menudo extendidas en tierras de cultivo. Sus casas pueden ser cónicas, cuadradas, rectangulares o piramidales, construidas con postes con techo de paja que baja al suelo. Su oficio incluye cerámica, cestas, redes y cañas.
El cacao, como en la mayoría de los grupos indígenas en el sur de Costa Rica y el norte de Panamá, tiene un significado especial en la cultura Bribri. Para ellos, el árbol de cacao solía ser una mujer y Sibu (Dios) se convirtió en un árbol. Las ramas de cacao nunca se usan como leña y solo a las mujeres se les permite preparar y servir la bebida sagrada. El cacao se usa en ocasiones especiales, ceremonias y en ciertos ritos de paso. Actualmente existen varias asociaciones de mujeres Bribri que producen chocolate orgánico hecho a mano que las ayuda a ganarse la vida.
Su más importante expresión artesanal es la cestería y la fabricación de instrumentos musicales, para lo cual utilizan diversos elementos naturales.