Emberá-Wounaan es una comarca indígena de la República de Panamá. Fue creada en 1983 a partir de dos enclaves ubicados en la provincia de Darién, específicamente de los distritos de Chepigana y Pinogana. Su capital es Unión Chocó. Su extensión abarca 4383.50 km² y posee una población de 9544 habitantes (2010), la mayoría de éstos pertenecen a las etnias emberá y wounaan, distribuidas en 40 comunidades.
Estos dos grupos son similares, comparten la misma cultura, el mismo tipo de vivienda, la misma vestimenta y las mismas tradiciones. Solo se diferencian en el idioma que hablan, uno habla la lengua Embera y el otro habla la lengua Woun meu o Maach meu, en ambos idiomas significa “hombre o gente”.
Durante la época colonial a estos aborígenes tanto a la etnia Emberá y a la etnia Wounaan se les conocía con otros nombres, tales como: Citares, Zirambiraes, Citabiraes, Chocoes y otros. Entraron al istmo alrededor del siglo XVIII procedentes de la región del Chocó en Colombia. Los últimos estudios indican que antes de la llegada de Cristóbal Colón ocupaban probablemente tierras del Brasil.
Dispersos a lo largo de las orillas de los numerosos ríos que cruzan el Darién, lejos de las comodidades y los problemas de la civilización, parecen estar en armonía cómoda con su entorno. Orgulloso, pacífico, honesto, pero desconfiado de los extraños; viven una existencia diaria en la que hay pocas presiones económicas. Ignorando los procedimientos y regulaciones del gobierno, generalmente hacen sus propias leyes. Por lo general, están relacionados con las historias más infames de indígenas en el Darién, posiblemente debido a su aspecto salvaje, que ha encendido la imaginación de los creadores de mitos.
Los hombres utilizan un taparrabo que llaman guayuco (Andia en su dialecto) y una faldota artesanal fabricada originalmente con chaquiras plásticas (usada en ocasiones especiales) llamada amburäco, pero cuando van a los pueblos visten camisa y pantalón, aunque actualmente los hombres visten con camisetas y pantalones modernos. Las mujeres utilizan telas paruma y envuelven a manera de falda sus caderas hasta las rodillas y collares alrededor del cuello tejidas por sí misma llamadas chaquiras, y sus cuerpos pintados de jagua (pintura natural producida por una planta).
Sus viviendas las construyen sobre pilares, para protegerlos de las inundaciones de los ríos (son muy resistentes). El techo es cónico, se fabrica utilizando las hojas de la planta conocida como guagara, aunque también utilizan las hojas de la palma real, pero utilizan también otros estilos. El piso es de corteza de palma llamada jira. Duermen sobre esteras que hacen con cortezas de árbol.
Los Emberá-Wounaan son un pueblo que vive y trabaja en torno a los ríos. Construyen sus canoas (piraguas) con madera de espavé, cedro espino y pino amarillo. Los indígenas son excelentes orfebres y talladores de madera. Las mujeres confeccionan artículos de cestería; canastas, esteras y adornos.
Practican la horticultura, la pesca y en menor medida la caza y la recolección. Practican la agricultura: plátano, arroz, maíz, tubérculos, y otros, completando su dieta con lo producido por la pesca, la caza y la recolección.
El más espectacular tiene que ser el marfil vegetal: la nuez de palma llamada Tagua que tiene el tamaño de un huevo y está tallada. El aspecto y el color, pero también la dureza, recuerdan al marfil.
En los últimos años con el incremento del turismo, sus artesanías (tallas en madera y semillas de tagua, chaquiras, cestería) han pasado a ser un importante recurso para su economía.
Son monógamos, en general los matrimonios son endogámicos. La estructura social está basado en familias extensas que comparten trabajos y ceremonias. Los jaibaná (chamanes) están a cargo de la medicina tradicional y los rituales.
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